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No le vas a gustar a todo el mundo.
Ni con tu ropa.
Ni con tus elecciones.
Ni aunque te esfuerces.

Siempre va a haber alguien a quien tu look le parezca “mucho”.
Y otra persona a la que le parezca “poco”.
Alguien que no se lo pondría jamás.
Y alguien que te mire y se inspire.

Eso no habla de tu ropa.
Habla de miradas distintas conviviendo en el mismo mundo.

Vestirte para gustarle a todos es una misión imposible.
Y agotadora.

Vestirte para vos, en cambio, es una práctica.
Que se aprende.
Que se entrena.
Que se vuelve cada vez más clara.

Entonces, cuando abrís el placard:
¿para quién elegís vestirte hoy?

Con amor,
Ani 💕

Este fin de año me está dando una de las sacudidas más complejas de mi vida. No de esas que se anuncian, sino de las que llegan en silencio y te cambian el ritmo de la vida por completo.

Me encuentro muchas veces sentada.
No porque no sepa a dónde ir,
sino porque entendí que ahora el movimiento no es avanzar,
es quedarme.

Quedarme en la incomodidad, en no tener respuestas de todo, en aceptar que estoy convirtiéndome en alguien que todavía no conozco del todo.

Aprendí a los ponchazos que la paciencia no es esperar a que pase algo, es sostenerte mientras pasa.

Por eso la silla: no como pausa obligada, sino como cuidado. Como lugar donde no me abandono justo cuando más me necesito.

Hoy me quedo donde me sostengo, aunque no sea cómodo, aunque no sea claro, aunque todavía no tenga nombre:
me quedo con paciencia, con amor y conmigo.

💕✨

Cuántas veces pensamos que “vestirnos bien” era resolverlo con algo nuevo, como si la prenda viniera con una versión mejor de mí adentro de la bolsa y de paso, resolviera nuestra vida.

Pero no, el problema no era el placard. Era que yo no tenía claro quién estaba siendo.

A veces buscamos respuestas afuera porque da un poquito de miedo mirar adentro. Es más fácil estrenar que preguntarnos:
¿qué necesito hoy?
¿qué estoy queriendo mostrar?
¿de qué me estoy escondiendo?

Y la ropa… la ropa es honesta de una forma casi incómoda. Si no te encontrás en lo que tenés puesto, te lo va a hacer sentir.

Diciembre tiene esa vibra rara entre cierre, nostalgia y reinvención. Es como un espejo que te dice: “mirate un toque más profundo, no tengas miedo”.

Y ahí, cuando te animás, cuando dejás de pedirle todo a la ropa y empezás a preguntarte quién sos hoy… algo se mueve. Tu estilo deja de ser un disfraz y empieza a ser un lenguaje.

Un lenguaje que habla de vos incluso cuando vos todavía estás aprendiendo a escucharte.

Con amor,
Ani.

💘✨🫂

A veces no es la ropa.
A veces sos vos… cambiando en silencio.
Y cuando cambiás vos, cambia todo lo que elegís para habitarte.

La pregunta no es “¿qué me pongo?”
La pregunta es:¿qué estoy diciendo de mí cuando me elijo?

Porque cada color, cada textura, cada prenda que agarrás medio sin pensar,
cuenta algo.
De tu presente.
De tus ganas.
De lo que ya soltaste.
Y también de lo que te está empezando a nacer.

No es presión.
No es exigencia.
Es honestidad con vos misma.

Y cuando te elegís desde ahí… se nota.
En la ropa, en la energía, en la forma en que te vestís día a día.

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Hay momentos en los que todo se siente incómodo, extraño, fuera de lugar. Como si la vida estuviera un poquito corrida… y vos también. Y enseguida aparece esa frase automática: “algo me pasa”. Pero no. No es eso.

Lo que pasa es que ya no entrás en la versión que sostenías antes.

Cuando cambiás por dentro, el afuera empieza a apretar: las rutinas, los vínculos, las decisiones, incluso la manera de vestirte. Todo lo que estaba acomodado según quien fuiste… ahora te queda chico. No porque estás fallando, sino porque estás creciendo en serio.

El crecimiento no avisa, no llega ordenadito. A veces duele, a veces confunde, a veces te deja sin respuestas. Pero siempre trae un recordatorio silencioso: lo nuevo necesita espacio, y ese espacio nadie puede abrirlo por vos.

Quizás te dé miedo soltar lo viejo. Es normal: lo conocido siempre seduce un poco, incluso cuando ya no te sostiene. Pero hay una parte tuya que ya sabe la verdad: no podés seguir achicándote para encajar en una vida que ya no es tuya.

Lo nuevo te está pidiendo espacio.
Y sí… llegó tu momento de dárselo.
A tu tiempo. A tu forma.
Sin exigirte nada más que honestidad.

Escuchate y dejá que lo nuevo te encuentre.

💕✨

Ya saben: lunes de comienzo del último mes del año con cositas que por ahí, me gustaron y resonaron conmigo.

Pasen, vean, compartan y manifiesten.

Con amor,
Ani.

💘✨

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